domingo, 6 de febrero de 2011


LOS PROFESORES COMO INTELECTUALES
Lic. Adriana Mercedes González

                                                        Especialista en Educación Superior


         En tiempos de cambio, la escuela necesita abrirse más que nunca, a la vida y a la realidad de sus alumnos y de sus alumnas, asumiendo un compromiso ético en la globalidad de sus proyectos de formación; una escuela que eduque en valores para la vida y para la convivencia y que sea capaz de traducir esos valores en propuestas educativas desde todas las áreas y en todos los ámbitos de intervención.

            Traigo a la memoria la obra de Giroux, que se encuadra en la Pedagogía crítica Radical ya que enmarca una postura contrapuesta a la Pedagogía tradicionalista y cuestiona ampliamente a ésta. Uno de los puntos a los que alude, es la no aceptación del discurso tradicionalista que centra su dominio en las técnicas pedagógica y en la transmisión de conocimientos. También opone al pensamiento de que las escuelas son simplemente lugares donde se imparte instrucción y que dejan de lado importantes cuestiones acerca de las relaciones entre conocimiento, poder y dominación. Es aquí, en donde coincido con la postura crítica, al sostener que las escuelas son agentes de reproducción social, económica y cultural y que debe brindar espacios para la construcción de conocimientos, de actitudes, de manifestaciones culturales, de valores, etc; capaces de contribuir al crecimiento de una sociedad mas justa y armoniosa. A la vez, esta construcción deberá llevarse a cabo por los docentes, alumnos y otros actores de la institución.
           
            En un discurso dirigido a la comunidad de Villa Castelli en la Feria del Libro departamental, a razón de la presentación de dos producciones en el seno de la escuela manifesté: “Debemos olvidar la idea de que el docente esta únicamente para dictar clase, hoy, tiene otras funciones: como la de investigar, producir, y socializar sus tareas. Esto va más allá de las cuatro paredes de un aula”.

            Los profesores como intelectuales deben ir más allá de las cuatro paredes de un aula, deben actuar con compromiso, responsabilidad, con espíritu crítico, con pasión por lo que hacen, con fe para llegar a aportar lo mejor de sí en la construcción de un futuro, sosteniendo como principios básicos: el bien común, el esfuerzo humano y la justicia social. Profesores intelectuales que asuman riesgos para elevar la calidad de vida.

            Existen muchos momentos, en el cual, los docentes pueden instalar las aspiraciones de la Pedagogía crítica:

*Mediante la incorporación de propuestas de cambio que incentiven o inviten a los alumnos a fortalecer el aprendizaje a través de distintas instancias: aprender con los docentes, con la institución, con el contexto social, con los materiales, medios y tecnologías. Propuestas en la que tengan mayor participación y compromiso leal y que pueden llevarse a cabo a través de distintas alternativas metodológicas: talleres, salidas de campo, proyectos, etc.
*Mediante propuestas que invite a los alumnos a trabajar con otras instituciones del medio, a través de proyectos de investigación que permita a los estudiantes identificar carencias, puntos fuertes, necesidades o debilidades en las instituciones del medio y que les sirva para evaluar lo que hacen y lo que no hacen; además, de los factores que condicionan esto. Es decir, atribuirles tareas que vayan más allá del aula y que les posibilite el desarrollo de una visión crítica de lo que pasa en la sociedad.

            Y para reflexión de todos:
¿Hasta qué punto, la escuela está dispuesta a asumirse desde ésta postura?¿Hasta qué punto, los docentes están dispuestos a mirarse o a asumirse como profesores intelectuales?, según la mirada que Henry Giroux refleja en su obra.
Publicado: Diario El Independiente- La Rioja Mièrcoles 18 de Abril de 2007

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