Modernidad
reflexiva
Lic.
Adriana Mercedes González
INTRODUCCIÓN
El Seminario de Análisis de las Sociedades Complejas,
planteado por el Dr.Blazquez, procuró conectar a los estudiantes con dos
temáticas fundamentales en las sociedades contemporáneas: La nación y las
relaciones de sexo/género.
El presente trabajo se encuadra en el análisis de las
sociedades complejas y tiene como propósito indagar en las interpretaciones de
la cultura a partir de la selección de dos textos: el texto de Clifford Geertz titulado “La interpretación de las culturas” (el capítulo 2 “El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre”) y el
texto de Richard Schechner “Performance: teorías y prácticas
interculturales” (capítulo I “¿Qué
son los estudios de performance y por que hay que conocerlos?”). De las
mismas se discutirán estas lecturas teóricas a la luz de datos etnográficos de
nuestras propias sociedades complejas.
Se
discutirán diversos conceptos presentados por los autores y se reflexionará
acerca de las posturas de los mismos desde enfoques diferentes. Clifford Geertz se posiciona desde los estudios antropológicos y Richard Schechner desde los
estudios de las ciencias humanas, biológicas y sociales: de la historia, de los
estudios de género, del psicoanálisis, etc., es decir se posiciona desde la
interdisciplinariedad.
LA INTERPRETACIÓN DE LAS
CULTURAS
El análisis de las
sociedades complejas desde distintas posturas teóricas nos permite expandir las
fronteras del pensamiento. Distintas posiciones teóricas pueden o no coincidir
con la interpretación de la cultura. Aun así, todo es pasible de volver a ser
pensado, conocido, disfrutado.
Clifford Geertz (1973) constituye el representante de la Antropología
simbólica. Es un teórico contemporáneo que centró su interés en el papel del
imaginario o símbolos en la sociedad ya que los define como el marco de la
actuación social.
Richard Schechner (1994) es un crítico que expresa de manera narrativa el
mundo en el que vivimos sosteniendo que es un ambiente teatralizado y
performativo donde todo es juego de superficies y efectos. De esta manera, nos
introduce en los estudios de performance desde la construcción teórica hasta la
disciplina académica.
Ambos autores analizan
como la sociedad se construye: desde las formas simbólicas y desde la
performatividad, de manera que coinciden en pensar que las culturas se chocan,
se influyen y hasta se interfieren, hibridizándose con energía.
Geertz define a la
cultura como un sistema de concepciones expresadas en formas simbólicas por
medio de las cuales la gente se comunica, perpetúa y desarrolla su conocimiento
sobre las actitudes hacia la vida. Es por ello, que considera que la función de
la cultura es dotar de sentido al mundo para hacerlo comprensible y el papel de
los antropólogos es intentar interpretar los símbolos claves de cada cultura.
Habla entonces de la descripción densa para referirse a tales interpretaciones:
“el nacimiento de un concepto científico
de cultura equivalía a la demolición de la concepción de la naturaleza humana
que dominaba durante la Ilustración y a su reemplazo por una visión no sólo más
complicada sino enormemente menos clara. El intento de clarificarla, de
reconstruir una explicación inteligible de lo que el hombre es, acompañó desde
entonces todo el pensamiento científico sobre la cultura” (Geertz, 1973).
Después de haber buscado y encontrado la complejidad, los antropólogos se
empeñaron en ordenarla.
La Antropología
intenta orientarse hacia un concepto más viable del hombre, un concepto en el
que la cultura y la variedad de la cultura se tuvieran en cuenta en lugar de
ser consideradas como caprichos y prejuicios. Y a la vez, apartarse de la
concepción de la naturaleza humana unitaria. Esto significa para Geertz “sostener la idea de que la diversidad de
las costumbres a través de los tiempos y en diferentes lugares no es una mera cuestión de aspecto y apariencia, de
escenario y de máscaras de comedia, es sostener también la idea de que la
humanidad es variada en su esencia como lo es en sus expresiones”. Al
respecto, Richard Schechner (1994)
afirma “vivimos en un ambiente
teatralizado y performativo. Se hace política de un modo que es difícil separar
el efecto y la sustancia. Todo se construye, todo es juego de superficies y
efectos, lo que quiere decir que todo es performance: del género, al
planeamiento urbano, a las
presentaciones del yo en la vida cotidiana”.
Clifford sostiene
que para estudiar la cultura desde la Antropología es imposible aplicar una
teoría determinada y que la única manera de estudiarla es a través de la
experiencia y de la observación del investigador. A la vez, afirma que las
manifestaciones de la cultura deben ser estudiadas capa por capa, desde la más
externa (donde los símbolos culturales se manifiestan de manera más clara)
hasta la más profunda (donde se encuentra la matriz de estos símbolos). Todo
ello, lo fundamenta desde su experiencia en numerosas investigaciones
etnográficas (en temáticas relacionadas a la religión, comercio, desarrollo
económico, estructura política, vida aldeana y familiar, diversidad étnica) en
distintos lugares del SE asiático y Africa del Norte. Intentó situar al hombre
atendiendo a sus costumbres desde la concepción que él llamó estratigráfica mediante la cual, hombre
es un compuesto en varias capas conformadas por
las relaciones entre los factores biológicos, psicológicos, sociales y
culturales de la vida humana. Según esta concepción sostiene: “Cuando analiza uno al hombre quita capa
tras capa y cada capa como tal es completa e irreductible en sí misma; al
quitarla revela otra capa de diferente clase que está por debajo. Si se quitan
las abigarradas formas de la cultura encuentra uno las regularidades
funcionales y estructurales de la organización social. Si se quitan éstas,
halla uno los factores psicológicos subyacentes que les presentan su apoyo y
las hacen posibles. Si se quitan los factores psicológicos encuentra uno los
fundamentos biológicos-anatómicos, fisiológicos, neurológicos- de todo el
edificio de la vida humana” (Geertz, 1973).
En cambio, Richard Schechner (1994) explica que un
modo de comprender la escena de este mundo confuso, contradictorio y dinámico
es examinarlo como performance: “Los
estudios de performance utilizan un método de amplio espectro. El objeto de
esta disciplina incluye los género estéticos del teatro, la danza y la música,
pero no se limita a ellos; comprende también ritos ceremoniales humanos y
animales, seculares y sagrados; representación y juegos; performances de la
vida cotidiana; papeles de la vida familiar, social y profesional; acción
política, demostraciones, campañas electorales y modos de gobierno; deportes y
otros entretenimientos populares; psicoterapias dialógicas y orientadas hacia
el cuerpo, junto con otras formas de curación (como el shamanismo); los medios
de comunicación. El campo no tiene límites fijos”. Continúa diciendo: “los estudios de performance son inter (en
el medio) y por eso, inherentemente inestables, resistiendo y rechazando toda
definición fija. El campo es más dinámico cuando opera entre el teatro y la
antropología, el folklore y la sociología, la historia y la teoría de la
performance, los estudios de género y el psicoanálisis, las instancias reales
de performance y la performatividad, etc”.
Es así, que Geertz
sostiene que el hombre es un animal jerárquicamente estratificado “una especie de depósito evolutivo en cuya
definición de cada nivel (orgánico, psicológico, social y cultural) tenía
asignado un lugar indiscutible” y que para conocer lo que realmente era el
hombre, había que recurrir a otras disciplinas (Antropología, Sociología,
Psicología, Biología) y de esta manera “la
antropología podría determinar las dimensiones culturales en un concepto del
hombre en conformidad con las dimensiones suministradas de análoga manera por
la biología, la psicología o la sociología”. En breve, el autor quiere que
se entienda la cultura en sus términos y con sus matices.
Clifford cree, al
igual que Marx Weber y Durkheim, en el concepto de que el hombre está
suspendido en una tela de araña de significados que el mismo ha creado y que
para buscar explicaciones sobre esos significados, hay que utilizar como
herramienta la interpretación y no la
teoría. Dentro de este proceso, utiliza la descripción
densa para explicar que cualquier aspecto del comportamiento humano tiene
más de un significado y la conducta es el movimiento con más capas
significativas. Ante la búsqueda de estas explicaciones, el etnógrafo utiliza
como herramienta el concepto de cultura. Cuando se refiere a la descripción
densa, esta aludiendo al esfuerzo intelectual del investigador que trata de
establecer relaciones, de seleccionar, de transcribir textos, de recoger
genealogía, de trazar mapas de campos, de escribir diarios y otros. La
actividad de pensar y reflexionar es constante.
Lograr hacer entender a otros es la base de la investigación
etnográfica. En este panorama, la interpretación antropológica es la
comprensión exacta del significado de los símbolos, y los antropólogos deben
tener la habilidad de captar los hechos y lograr una descripción densa sabiendo
diferenciar los símbolos mediante profunda interpretación. Si nos posicionamos
en los estudios de las ciencias humanas, Richard
Schechner (1994) se refiere a las culturas afirmando que las mismas se
chocan, se influyen y hasta se interfieren.
“Esos choques no son siempre políticamente correctos ni agradables. Las
poblaciones y las ideas se mueve, empujadas por guerras y gobiernos despóticos,
por fuerzas económicas a las que cortésmente llamamos mercado, por el internet
y otras nuevas tecnologías de la comunicación” y continúa explicando que
las consecuencias de este movimiento no son seguras (y critica a aquellos
optimistas que creen que las nuevas tecnologías de la comunicación, la biología
y las exploraciones del espacio nos conducirán a un mundo mejor): “La ecología del planeta se ve amenazada en
varios frentes: población, distribución despareja de riqueza y de recursos,
agotamiento de tierra arable, epidemias, el efecto de invernadero, etc”.
La forma más
efectiva del tratamiento de la cultura, según Geertz, es bajo proyección de su
sistema simbólico, aislando la relación de elementos y caracterizando todo el
sistema de alguna forma con el citado simbolismo y su interpretación. El
antropólogo interpreta reconstruyendo lo que ocurre separando por épocas,
lugares, informaciones hasta dejarlo vacío de contenido para obtener una buena
interpretación hasta el centro de la misma. Al antropólogo se le plantean
interpretaciones y análisis más abstractos de conocimientos de grandes
realidades, cuyo conocimiento debe ser considerado para contrastar en asuntos
complejos, como el poder, la fe, la opresión en el trabajo, el amor por
historiadores, economistas, etc. “el
antropólogo cavila sobre lo verdadero y lo insignificante, vislumbrando, o por
lo menos así lo cree, fugaz e inseguramente, la alterada, cambiante, imagen de
sí mismo” (Geertz, 1973). Para Richard
Schechner (1994), la forma más efectiva del tratamiento de la cultura es a
través de los estudios de performance, ya que define a una performance cuando
en una cultura particular, la convención, la costumbre y la tradición dicen que
lo es: “las performances marcan
identidades, tuercen y rehacen el tiempo, adornan y remodelan el cuerpo,
cuentan historias, permiten que la gente juegue con conductas repetidas, que se
entrene y ensaye, presente y re-presente esas conductas”.
En conclusión, Clifford cree en el concepto de que el
hombre está suspendido en una tela de araña de significados que el mismo ha
creado y que para buscar explicaciones sobre esos significados, hay que
utilizar como herramienta la interpretación
y Richard Schechner afirma que los
estudios de la performance trabajan a través de los puntos de contacto y de
yuxtaposiciones, separando y conectando seres humanos y las telas de
significación que nuestra especie sigue tejiendo.
Bibliografía de consulta:
-Geertz, Cliford. 1987. “El impacto del
concepto de cultura en el concepto de hombre” en La interpretación
de las culturas.
Barcelona: Gedisa.
-Schechner, Richard. 2000. Performance. Teoría & Prácticas
interculturales. Buenos Aires.
Libros del Rojas. UBA. Capítulo 1.
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