Antropología
Cultural: Cultura del trabajo
Lic.Adriana
Mercedes González
ANTROPOLOGÍA CULTURAL
El interés al
elegir el texto de Carol Ember “Antropología Cultural”, es encontrar algunas
explicaciones con respecto a la influencia de los cambios culturales en las
políticas públicas de empleo implementadas en la Provincia de La Rioja desde el
2002 en adelante y su incidencia en la calidad de vida de la población.
Los cambios
mundiales influyen en la cultura del trabajo y por ende en la calidad de vida
de las personas. Para analizar la temática, se logra puntualizar algunas
hipótesis que sirvieron de partida en relación a los cambios culturales en el
mundo moderno y su incidencia en el contexto nacional y provincial:
-La cultura siempre está
cambiando debido a que consiste en modelos aprendidos de comportamiento y
creencias y los rasgos culturales pueden ignorarse o aprenderse de nuevo según
cambien las necesidades humanas.
-Las causantes del cambio
cultural son: las invenciones, descubrimientos, difusión, revolución, -Los
descubrimientos e invenciones constituyen causa de un cambio cultural solo
cuando la sociedad acepta una invención o un descubrimiento y lo utiliza con
regularidad. Algunas invenciones son el resultado de docenas de pequeñas
iniciativas realizadas, tal vez de forma accidental a lo largo de varios años.
Otras invenciones surgen de intenciones conscientes.
-El proceso por el que se prestan
elementos culturales de otra sociedad y se incorporan en la cultura del grupo
que las recibe se llama difusión. Hay tres modelos de difusión: difusión por
contacto directo, en el que los elementos de una cultura son adoptados por
sociedades vecinas que con el tiempo se extienden cada vez más lejos; difusión por contacto
intermedio, en el que una tercera parte, normalmente comerciantes, llevan un
rasgo cultural de la sociedad que lo originó a otro grupo; y difusión por
estímulo, en la que el conocimiento de un rasgo que pertenece a otra cultura
estimula la invención o desarrollo de un equivalente local.
-Los rasgos culturales no tienen
porqué difundirse, es decir, la difusión es un proceso selectivo- no
automático. La sociedad que acepta un rasgo cultural extranjero, lo adaptará de
forma que armonice de manera efectiva con las propias tradiciones de la
sociedad.
-Cuando un grupo o sociedad está
en contacto con otra sociedad más poderosa, el grupo más débil se verá forzado
a adquirir los elementos culturales del grupo dominante. Este proceso de
prestación extensiva, dentro del contexto de una relación superior-subordinado
entre las sociedades, se denomina aculturación. El mismo, surge como
consecuencia de algún tipo de influencia externa.
-La forma más drástica y rápida
de que cambie una cultura es mediante la revolución-sustitución, de los
gobernantes de un país. Las revoluciones o rebeliones tienen lugar sobre todo
en sociedades Estado donde hay una clara élite gobernante.
-La adaptación cultural puede
parecerse a la adaptación biológica: los rasgos (culturales o genéticos) que
tienden a reproducirse (de forma aprendida o heredada) tienden también a
aparecer con más frecuencia en la población con el paso del tiempo. Y si la
cultura generalmente se adapta a su entorno, entonces el cambio cultural
también se adaptará de forma general.
-Muchos de los cambios culturales
que se observan en el mundo moderno se han producido, tanto directa como indirectamente,
por el dominio y la expansión de las sociedades occidentales. Uno de los
cambios más importantes que surgió como consecuencia de la expansión de la
cultura occidental, es la creciente dependencia de la mayor parte del mundo del
intercambio comercial (proliferación de la compra y venta en los mercados,
acompañada por el uso del dinero como medio de intercambio). La costumbre
prestada de la compra y venta puede, en un principio, sustituir a las formas
tradicionales de distribución de bienes, pero según se afianzan las nuevas
costumbres comerciales, la base económica de la sociedad que las recibe cambia.
Esta alternación viene acompañada de otros cambios sociales, políticos y
psicológicos.
-una forma de mercantilización se
produce cuando los miembros de una comunidad se convierten en trabajadores
emigrantes que viajan a un lugar cercano que les ofrezca la posibilidad de un
trabajo asalariado. También surge cuando una sociedad simple y autosuficiente,
cazadora o agrícola, llega a depender cada vez más del comercio para su
supervivencia. Otra forma, se produce cuando los que cultivan la tierra
producen más de la que necesitan para su subsistencia. El excedente se venderá
a cambio de dinero. En muchos casos, este ingreso se utiliza para pagar el alquiler
o los impuestos (la mercantilización está asociada a la creación del
campesinado). Una cuarta forma, surge por medio de la introducción de la
agricultura comercial en la que todos los productos de cultivo se cosechan para
la venta, más que para el consumo personal.
-La creciente influencia de las
sociedades occidentales también han llevado a cambios en la religión en muchas
partes del mundo. En muchas sociedades, este cambio se ha producido de forma
intencionada a través de los esfuerzos de los misioneros.
-Uno de los cambios culturales
más sorprendentes en el mundo moderno, es la proliferación de las democracias.
Las instituciones políticas participativas están presentes en la mayoría de los
países del mundo.
Un
interrogante clave que busco explicar a través del texto con Ember es:
¿De qué manera las políticas de
empleo promueven la cultura de trabajo y los problemas de inserción laboral?
Para responder
a ello, es preciso analizar la situación económica, social y política del país
y el modelo de Estado que se gesta.
Son 3 millones
de argentinos según la prensa escrita, que no llegan a cubrir la canasta básica
de alimentos y sus sueldos están lejos de alcanzar el salario mínimo, vital y
móvil. Estas personas concentran el 8,9 % de los ingresos y suelen ser
empleados informales o trabajadores de media jornada. La directora de Política
Fiscal del Cippec, Luciana Díaz Freís explica “que la Argentina tiene una
economía dual porque existe un sector informal con ingresos de subsistencia y
otro más desarrollado que es más pujante y suele dedicarse a los servicios”-1-
Originariamente,
los programas de empleo del Gobierno Nacional surgieron en respuesta a la
problemática del desempleo. Ante la profundización del problema de la
desocupación, los gobiernos provinciales fueron acompañando progresivamente la
iniciativa de la Nación creando una variedad de planes propios que complementan
las necesidades atendidas desde el Gobierno Nacional.
Con el tiempo,
surgió la necesidad de avanzar en la coordinación de los diferentes niveles de
gobierno, evitando así, la superposición de prestaciones y haciendo
transparentes los criterios de selección de los beneficiarios a través de la
confección de un padrón único de beneficiarios de todos los programas sociales
(integrando a la vez, los existentes en los ámbitos nacional, provincial y
municipal).
Ante este
panorama, es imprescindible analizar el papel del Estado en la toma de
decisiones con respecto a la ejecución de políticas públicas de empleo bajo la
consideración de los distintos enfoques de puesta en marcha de las mismas y de
la evaluación en la que se definen el sentido de evaluación y algunos tipos y
modelos. Es así, que como dice Ember “Uno de los cambios culturales más
sorprendentes en el mundo moderno, es la proliferación de las democracias”-2- y
se explica en el caso de Argentina por ser un país que instauró la democracia a
partir del año 1993 y desde entonces las políticas de empleo surgen de acuerdo
a las necesidades detectadas por cada modelo político imperante; aunque, se
agudizan cada vez más, los problemas de pobreza y exclusión social.
En la
provincia de La Rioja son muy variadas las políticas públicas de empleo
implementadas desde el 2002 y fundamentan en cada resolución, que se proponen
generar inclusión social y laboral atendiendo a la población más vulnerable y
facilitándoles el ingreso al mercado laboral a través de distintas acciones:
recuperando la idea de un proyecto de vida basado en la formación y el trabajo,
finalizando los estudios obligatorios, formándose en un oficio, realizando
prácticas calificantes en ambientes reales de trabajo, iniciando un
emprendimiento productivo de manera independiente o asociativo, insertándose en
un empleo, brindándole una beca o incentivos económicos. Solo queda por
comprobar si logran los objetivos propuestos de acuerdo a cada resolución o
disposición provincial.
Los planes y
programas laborales más difundidos y que
se ejecutan desde el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTE y
SS) hacia la provincia de La Rioja son:
-Programa Jefes de Hogar
-Programa de Empleo Comunitario
(y el traspaso de los mismos al PIL Público (Programa de Inserción Laboral).
Para
continuar, se hace necesario crear nexos entre políticas públicas de empleo,
pobreza y población vulnerable. Esto permitirá analizar el impacto social de
estas políticas de empleo en la calidad de vida de la población en el contexto
provincial.
“Las
políticas públicas de empleo pueden verse fácilmente como el producto de un
sistema político-administrativo que comprende individuos que se reúnen en
pequeños grupos dentro del marco de referencia de organizaciones caracterizadas
por la jerarquía, la división del trabajo y la especialización. Esos individuos
y organizaciones operan dentro de un sistema de instituciones, normas y
prácticas políticas, permeables por una amplia variedad de influencias sociales
(público, grupos de interés, líderes de opinión)”-3-. Las políticas públicas de
empleo en La Rioja son muy complejas, implican un proceso en el que participan
varios actores y son el reflejo de estilos de un modelo político imperante a
nivel provincial y nacional.
“Un desarrollo complementario del estilo
nacional de elaboración de políticas públicas es un análisis comparativo, el
cual se suele definir como el estudio de cómo, por qué y con qué efectos los
distintos niveles de gobierno de los sistemas político-administrativos siguen
particularidades cursos de acción o inacción. Se trata de centrar la atención
sobre lo que sucede dentro y en los márgenes del Estado, conociendo las
estructuras y los procesos mediante los que las decisiones gubernamentales se
alcanzan. El por qué de los comportamientos diferentes suele depender de
desarrollos históricos no conscientes, de la cultura política subyacente de una
nación y las subculturas de distintos sectores de su población”-4- Aquí,
puede comprobarse lo que Carol Ember afirma con respecto a que la cultura siempre
está cambiando debido a que los rasgos culturales pueden ignorarse o aprenderse
según cambien las necesidades humanas.
Es
por eso que se hace preciso indagar además, en el proceso de las políticas
públicas de empleo para concluir si las mismas fueron pensadas para un ciclo o
si tienen proyección futura. En el caso de las primeras, si tienen relación con
la situación económica de la provincia o con la duración del modelo político
imperante.
En un
principio, los programas de empleo del Gobierno Nacional surgieron en respuesta
a la problemática del desempleo. “Estos
eran diseñados e implementados exclusivamente a través de la cartera laboral de
la Nación y cobraron mayor importancia en los últimos años de la década de los
noventa”-5-. Ante la profundización del problema de la desocupación, los
gobiernos provinciales fueron acompañando progresivamente la iniciativa de la
Nación creando una variedad de planes propios que complementan las necesidades
atendidas desde el Gobierno Nacional, creando expectativas ante la problemática
de la cultura laboral.
Es preciso
detenerse a pensar de qué manera el tema: pobreza y trabajo está relacionado a
la cultura de trabajo para poder encontrar algunas explicaciones en relación a
la cultura del empleo. Varios autores ilustran, describen o explican el tema.
Entre ellos: Drucker.
“Pobreza y trabajo van indisolublemente
unidos, en la medida que es vendiendo su fuerza de trabajo como la mayoría de
los mortales obtenemos los recursos materiales que nos permiten subvenir a
nuestras necesidades. Por eso decimos s que mediante el trabajo “nos ganamos la
vida”-6-. Ello no significa, sin embargo, que el trabajo tenga una faceta
meramente económica. Ilustra nuestro análisis P. Drucker, quien señala, entre
otras dimensiones del acto de trabajar- fisiológica, económica, de poder y de
redistribución- las dimensiones psicológica y sociológica.
Drucker hace
referencia al aspecto ambivalente del trabajo como maldición y bendición.
Maldición en cuanto implica esfuerzo y fatiga: bendición porque mediante el
trabajo el hombre se realiza como persona. Y afirma: “Hace mucho que aprendimos que el desempleo provoca graves
perturbaciones psicológicas, no por obra de la privación económica, sino
principalmente porque socaba el respecto de uno mismo. El trabajo es una
extensión de la personalidad. Es realización. Es uno de los modos en que una
persona se define, mide su valía y su humanidad. (…)Sin duda, es posible que
frente a nosotros se perfile la sociedad sin trabajo de la utopía futurista.
Pero si cobrara realidad originaría una importante crisis de la personalidad en
la mayoría de la gente”-7- (La Gerencia, cap.16)
Por otra parte
el trabajo que una persona realiza es lo que define su ubicación en la
estructura social (en cierta manera se puede decir que somos lo que hacemos).
Pero, además, para la mayoría de la gente el ambiente en el que trabaja suele
ser un medio importante de socialización, que satisface la necesidad general de
pertenecer a un grupo.
Cuando una
persona pierde su trabajo puede entender, desde lo racional, que la empresa en
la que se desempeñaba deba achicarse para poder enfrentar una retracción de la
demanda, o que las nuevas maquinarias incorporadas requieran menos personal que
las atienda. ¿Qué sentirá, desde su experiencia personal, cuando pasa el tiempo
sin que él pueda conseguir otro trabajo, y la situación de desocupado comienza
a traducirse en u descenso en el consumo, y por tanto en la escala social?
¿Cuáles serán las emociones del “nuevo pobre”, que habiéndose deslizado socialmente,
comienza a tener que depender de otros para alimentar a su familia? Minujin y
Kessler lo reseñan bien en La nueva
pobreza en la Argentina. Otros autores, tratando de descubrir rasgos
generalizables, han sostenido que entonces el desocupado de larga data cae en
una especie de “montaña rusa” emocional, durante la cual pasa por lo menos por cuatro etapas: shock,
optimismo, pesimismo y fatalismo, que “representa
la transición de la inactividad a la frustración y de allí a un estado final de
apatía donde la persona alcanza su más bajo nivel de autoestima” (Manfred
Max-Nef et al, 1986, p.28)-8-
El importante
analizar las transformaciones en el modo de trabajar. “El trabajo ya no es más, como antaño, el principal factor de cohesión
social, ni el más importante elemento de socialización, ni la ocupación
primordial de cada uno, ni la fuente fundamental de riqueza y bienestar de las
personas, ni el centro de nuestras vidas. En los últimos años han comenzado a
producirse cambios en las modalidades de trabajo que se seguirán acentuando en
los años por venir y que, sin duda, han de repercutir también sobre el mercado
laboral. Por una parte vamos pasando: de una sociedad industrial a una sociedad
de servicios; de un mundo laboral centrado en la mano de obra de los diversos
oficios a otro que tiene al conocimiento como base del hacer; en el que como
consecuencia de los cambios tecnológicos en ciertas ramas el trabajo se va
desplazando de la oficina al domicilio del trabajador; de un modo burocrático a
un modo de redes de relación. Cobra importancia el tiempo libre- no solamente
porque el desocupado tiene mucho tiempo a su disposición, sino también porque
la duración de los trabajos se va reduciendo, por lo cual aun quienes tienen
empleo trabajarán menos tiempo-, vamos deslizándonos de una sociedad de pleno
empleo a otra en la que el desempleo será estructural- porque mucha gente
dispondrá sólo de empleo a tiempo reducido, pero también porque para muchos el
trabajo será esporádico-, y además inestable (por los cambios de carrera que se
irán dando en la vida laboral de un trabajador, como por su carácter de empleo
a medio tiempo)”-9-
Los anteriores
párrafos esquematizan el panorama del
trabajo a través de la historia del hombre y reflejan la relación que existe
entre pobreza y cultura del trabajo. Dicho autor considerado afirma que mediante
el trabajo el hombre se realiza como persona y define a su vez, su ubicación en
la estructura social. Esto significa que para profundizar el tema hay que
indagar en el tipo de impacto social que generan los planes y programas
sociales en la Provincia de La Rioja.
Es así, que
los cambios propuestos por el Estado a través de la construcción de nuevos
modelos de política social se revelan en materiales bibliográficos consultados.
Ellos, afirman:
“Generalmente se ha sostenido que la
provisión de programas relacionados con el problema ocupacional debe ser
responsabilidad del Gobierno Nacional. Uno de los argumentos más conocidos es
que la existencia de una provisión centralizada permite asegurar niveles de
cobertura equitativos ante situaciones de infortunio como el desempleo. No
obstante, y en relación con la ejecución de estos programas, hay quienes
sostienen que es deseable que esté descentralizada por criterios de eficiencia
en la administración.
En el año 2001 existieron planes de empleo
que se ejecutaron desde ambos niveles de gobierno, extendiéndose en algunos
casos a los gobiernos municipales. Bajo estas condiciones es fundamental,
además de coordinar ambas iniciativas de modo de cuidar los aspectos
relacionados con la equidad, prestar atención a los aspectos de eficiencia,
dado que es un problema que afecta a un gran número de programas sociales. En
este sentido, el compromiso Federal para el Crecimiento y la Disciplina Fiscal,
celebrado entre el Gobierno Nacional y las Provincias el 17 de Noviembre del
2000, establece la suscripción de convenios de adhesión en los cuatro meses
siguientes destinados a poner en funcionamiento en las jurisdicciones el
Sistema de Identificación Nacional Tributario y Social (SINTyS) y la confección
de un padrón único de beneficiarios de todos los programas sociales integrando
los existentes en los ámbitos nacional, provincial y municipal”-10-.
Desde entonces, el Estado tiene pendiente la
construcción de un nuevo modelo de política social, que acompañe al modelo
económico. Su objetivo sería lograr una nueva institucionalidad pública, donde
lo social sea constitutivo del Estado, lo que le da sentido, y cuyo objetivo
central sea la equidad, la integración social, la igualdad de oportunidades y
la superación de la pobreza y la vulnerabilidad social. La nueva
institucionalidad pública remite al crecimiento de poder de la autoridad
social, a la que pone en un pie de igualdad con la autoridad económica para
poder conducir y generar las condiciones del fortalecimiento de los sectores
más frágiles de la sociedad, facilitar la expresión de sus demandas y producir
los mecanismos para una distribución más equitativa de la riqueza.
En este
sentido, los procesos de democratización de la gestión del Estado requieren de
la construcción de capacidad institucional en lo social para fortalecer a la
autoridad social. Las instituciones deben ser capaces de interpretar y dar
respuesta a las necesidades de la sociedad, con responsabilidad por las
acciones que desarrollan; ser eficientes y eficaces en la asignación y manejo
de los recursos, y estar dispuestas a rendir cuentas de los resultados de sus
acciones. Con respecto a esto, Ember afirma que ”Las instituciones políticas participativas están presentes en la
mayoría de los países del mundo”-11-
En este marco,
los planes y programas sociales se encuadran en la gestión pública orientada a
resultados. Ello “significa un cambio
sustantivo en la concepción del funcionamiento del Estado; los resultados se
miden de acuerdo con las demandas satisfechas y los problemas resueltos. En el
campo de las políticas sociales estos resultados remiten al logro de equidad, la
integración social y la superación de la pobreza y la vulnerabilidad social”-12-
La gestión
pública orientada a resultados significa un cambio en la concepción,
estrategias y metodologías de planificación y evaluación de políticas y
programas sociales; si los programas sociales tienen como objetivo solucionar y
transformar, con eficiencia y calidad, los problemas específicos de la
población, entonces, la gestión orientada a resultados debe ser el proceso
integral que permita planificar, viabilizar, concretar y evaluar los resultados
que superen o alivien, efectivamente, dichos problemas.
Para
continuar con la temática:
¿Existe una
definición de pobreza? Este
interrogante ha tenido múltiples respuestas. Una de ellas consiste en
considerar pobres a los que no pueden satisfacer sus necesidades básicas de
alimentación, salud, vivienda, educación, servicios, infraestructura, etc. En
todo caso manifiesta una expresión de carencia: el pobre es el desvalido.
Pareciera, además, que en el imaginario social lo deseable fuera la situación
de bienestar, que implica haber podido satisfacer al menos en una medida
apreciable esas necesidades básicas, y que por tanto conlleva consigo una
cierta sensación de tranquilidad. Por ello lo que todo el mundo busca es, si no
necesariamente la riqueza, al menos lograr tener “un buen pasar”, un cierto
“desahogo”. La clase media argentina, bueno es recordarlo, se fue justamente
constituyendo como el agregado de todos aquellos- muchos descendientes de esos
inmigrantes que habían venido al país huyendo de la miseria- que habían
triunfado en ese emprendimiento de mejorar su situación económica y con ello,
al mismo tiempo, habían ascendido en la estratificación social. En ese cuadro
la pobreza, si sobrevenía, aparecía como un resultado no querido, fruto de no
haber sabido o podido alcanzar la meta propuesta.
En conclusión
se puede decir que en los días que corren pareciera que hablar de los pobres,
simplemente, resulta insuficiente. Ahora tenemos pobres estructurales, nuevos
pobres, y empobrecidos. Los primeros son los que siempre fueron pobres, los
segundos quienes lo son hoy pero que no lo eran antes, los empobrecidos los que
como los anteriores se han deslizado en la escala socioeconómica- en un
verdadero reverso de aquel movimiento de ascenso que diera origen a nuestra clase
media- pero que todavía tienen acceso a los bienes y servicios básicos. “Se emparentan en que todos ellos resultaron
“perdedores” en la Argentina de las últimas décadas. Todos ellos han debido
resignar “algo”: en algunos casos, cosas vitales; en otros, casos accesorios,
pero todos han perdido. Algunas de las pérdidas corresponden a los bienes y
servicios a que cada familia o individuo había logrado acceder en el pasado por
su propia cuenta. Otras pérdidas, en cambio, se refieren a servicios que el Estado
prestaba a toda la comunidad a través de la escuela o los servicios públicos y
que hoy han desaparecido, se han encarecido al privatizarse o simplemente su
calidad se ha deteriorado”(Minujin y Kessler, p.41-13-.
Ahora solo
queda por comprobar la incidencia de las políticas públicas de empleo en la
calidad de vida de la población en la Provincia de La Rioja.
Bibliografía
1-www.Diario Rioja Virtual
2-Ember
3-4-
www.monografía.com
5-- Siempro- UNESCO: “Gestión integral de programas sociales
orientada a resultados: Manual metodológico para la planificación y evaluación
de Programas Sociales”-Bs.As., 1999
6-7-8- Orsi, Raul Oscar- Rique, Juan José: “Pobreza y política: gerencia social”-
Espacio Editorial- Argentina, 1996.Pag.23
9- Siempro- UNESCO: “Gestión integral de programas sociales orientada a resultados:
Manual metodológico para la planificación y evaluación de Programas
Sociales”-Bs.As., 1999
10-11- Siempro- UNESCO: “Gestión integral de programas
sociales orientada a resultados: Manual metodológico para la planificación y
evaluación de Programas Sociales”-Bs.As., 1999
12-Ember
13- Orsi, Raul Oscar- Rique, Juan José: “Pobreza y política: gerencia social”-
Espacio Editorial- Argentina, 1996.Pag.23
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